El 10 de marzo de 1952 un golpe de Estado dirigido por Fulgencio Batista derrocó fácilmente y sin resistencia al presidente electo Carlos Prío Socarrás, del partido Auténtico, en un marco internacional que transitaba los primeros momentos de la Guerra Fría entreEstados Unidos y la Unión Soviética. Inmediatamente se suspendieron las garantías constitucionales y se instauró una fuerte dictadura militar. Dos años después se celebrarían unas amañadas elecciones para la presidencia, cuyos resultados se sabían de antemano. El argumento de Batista fue el de luchar contra la corrupción y el gansterismo, pero en realidad fue para tomar el poder y enriquecerse particularmente él y sus allegados.
La continuación del escandaloso nivel de corrupción que caracterizó el periodo republicano, el enriquecimiento de una oligarquía cada vez más reducida, que llegó a afectar notablemente a la incipiente clase media cubana, llevaron a la conformación de una oposición generalizada, partidaria de la insurrección para desalojar del poder a Batista.8 Con esa oposición se identificaron numerosos partidos políticos, los sindicatos, el movimiento estudiantil, e incluso sectores del empresariado. Durante los dos primeros años (1952-54) incluso los Estados Unidos tomaron una posición de aparente censura a la violencia dictatorial de Batista, limitando los suministros militares. El mismo presidente depuesto, Carlos Prío Socarrás, un político que nunca se expuso al peligro de una acción concreta, expresaba ese clima revolucionario diciendo: «triunfaré por cualquier medio, incluso el más extremo».Tras 22 meses de prisión, ya que en Cuba no existía la pena de muerte, en la Isla de Pinos, ante la creciente presión popular e internacional y varias intentonas insurreccionales, Castro y sus compañeros fueron amnistiados por Batista en 1955. Pocos días después fundó en la clandestinidad el Movimiento 26 de Julio (M-26-7) una organización cuyo fin era derrocar a Batista y que tenía una ideología de progreso y grandes cambios, antiimperialista y democrática, fundada en las ideas de José Martí.En esas condiciones, un grupo de jóvenes se desligó del cuerpo principal del Partido del Pueblo Cubano (Partido Ortodoxo) (muy popular y considerado virtual ganador en las elecciones de 1952 impedidas por el golpe de Batista), identificados del resto por su decisión de tomar la lucha armada si era necesario para derrocar el régimen batistiano. Este grupo de jóvenes, que se auto titularon la "Generación del Centenario" por coincidir con el centenario del nacimiento de José Martí en 1853, se organizaron militarmente y liderados por Fidel Castro, el 26 de julio de 1953 intentaron tomar el Cuartel Moncada ubicado en Santiago de Cuba, y el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, fracasando en el intento y sufriendo decenas de muertos. El gobierno militar respondió con una severa acción represiva que llevó a la detención y enjuiciamiento público de Fidel Castro y otros atacantes.
Por aquel entonces, a poco de iniciada la Guerra Fría y como herencia del macarthismo se generalizó en América Latina la acusación de «comunismo» como táctica para desprestigiar y reprimir los movimientos democráticos y sociales. Juan José Arévalo alertaría sobre este mecanismo en su libro Anticomunismo en América Latina (1959).9
El 7 de julio Fidel Castro se dirigió a México para preparar un grupo guerrillero con el cual volver a Cuba y comenzar la lucha armada.
En el exilio, Castro estableció contactos y acuerdos con otras fuerzas favorables a la lucha armada para derrocar al dictador, de las más variadas ideologías como el Directorio Revolucionario de José Antonio Echeverría, integrado por estudiantes de la Universidad de La Habana, el ex presidente Carlos Prío Socarrás del Partido Auténtico, y Acción Nacional Revolucionaria (ANR), liderado por Frank País. Incluso un sector de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos), apoyaba la lucha armada contra Batista y llegó a financiar, a través de Carlos Prío, el inicio de la guerrilla que estaba preparando Fidel Castro.10
(TERMINO)
La revolución cubana es el principal resultado del movimiento revolucionario cubano de izquierda que provocó la caída de la dictadura del general Fulgencio Batista, el 1 de enero de 1959 y la llegada al poder del líder del Ejército Guerrillero: Fidel Castro. Como los revolucionarios continúan en el poder desde entonces, se considera a la revolución como el período comprendido entre el alzamiento contra Batista y la actualidad.1 2
La revolución cubana representó un hito importante en la historia de América al ser la primera y con más éxito de varias revoluciones de izquierdas que sucedieron en diversos países del continente. El régimen resultante de la revolución —considerado totalitario por numerosos observadores—3 ha mantenido el gobierno en el país a pesar de la enorme cantidad de adversidades, manteniéndolo a flote aun luego de la caída del bloque socialista. Se lo ha acusado de violar algunos derechos básicos de la población como la libertad de expresión, la libertad de circulación o la libertad económica,4 si bien en términos generales ha resultado exitosa en muchas de las reformas que ha hecho, principalmente en el sistema de salud y el sistema educativo público y gratuito. Estados Unidos mantiene un duro embargo económico a la isla desde principios de los años 60 del siglo XX. Esta política es considerada como bloqueo económico en el marco de las Naciones Unidas y rechazada cada año por la Asamblea General de esa instancia internacional que vota a favor de una resolución denominada Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos contra Cuba. A pesar de la presión internacional y del daño que causa al pueblo cubano, Estados Unidos sigue justificando su política anteponiendo la existencia de numerosas denuncias de violaciones de los derechos humanos en la isla. Sin embargo, Amnistía Internacional, en su informe de 2012, situó a Cuba como el país de América que menos viola los derechos humanos.5 6
Fulgencio Batista
(Banes, Cuba, 1901 - Guadalmina, España, 1973) Militar y político cubano. Nacido en el seno de una familia humilde, ingresó en el ejército más por necesidad que por vocación. Sin embargo, consiguió compatibilizar su carrera militar con los estudios de periodismo, que concluyó. El año 1928 fue ascendido al grado de sargento y destinado a Camp Columbia, en La Habana, donde entró en contacto con círculos militares opuestos a la dictadura de Gerardo Machado, de los que se erigió en máximo representante.
Fulgencio Batista
En septiembre de 1933, tras la subida al poder de Carlos Manuel de Céspedes, articuló, junto con una serie de organizaciones estudiantiles también descontentas con la situación política, un motín militar que dio como resultado la constitución de un gobierno provisional encabezado por Ramón Grau de San Martín. Batista, verdadero hombre fuerte del país, se mantuvo en la sombra y otorgó la presidencia a distintos hombres de confianza, hasta que finalmente, en 1940, se hizo cargo del gobierno.
Durante su primer mandato, que se prolongó hasta 1944, legalizó el Partido Comunista Cubano e introdujo una serie de reformas financieras y sociales que mejoraron parcialmente la maltrecha situación económica. Su mejor aliado, no obstante, continuó siendo el gobierno estadounidense, al que permitió el uso de sus bases militares durante la Segunda Guerra Mundial.
Fidel Castro
(Mayarí, 1926) Revolucionario y estadista cubano. Procedente de una familia de hacendados gallegos, Fidel Castro estudió Derecho en la Universidad de La Habana, en la cual se doctoró en 1950.
Su ideología izquierdista le llevó a participar en actividades revolucionarias desde muy joven, como la sublevación contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en Santo Domingo (1947). Desde 1949 militó en el Partido del Pueblo Cubano.
Exiliado en México, en 1952 inició su actividad revolucionaria contra la dictadura del general Batista, que había entregado al país en manos de los intereses norteamericanos. Su primer intento fue el asalto al Cuartel de Moncada en Santiago de Cuba, que se saldó con un fracaso (1953); fracaso militar, pues el cuartel no fue tomado ni provocó la esperada insurrección popular, pero no fracaso político, puesto que aquel acto dio una gran popularidad a sus protagonistas, acrecentada durante el juicio subsiguiente, en el que Castro se defendió a sí mismo y aprovechó para pronunciar un extenso alegato político («La Historia me absolverá»).
Fidel Castro fue condenado a 15 años de prisión, de los que sólo cumplió dos -en la isla de Pinos- merced a un indulto que le puso en libertad en 1955. Se exilió entonces a México, desde donde preparó un segundo intento; pero, habiendo aprendido que su lucha tendría pocas posibilidades de triunfar en un medio urbano, esta vez apostó por crear una guerrilla rural, en la zona más apartada y montañosa del país: la Sierra Maestra, en el Oriente de Cuba.
Desembarcó allí a finales de 1956 con un contingente de sólo 80 hombres (el «Grupo 26 de julio») a bordo del yate Gramma. Dos años después, sus bases en la Sierra eran lo suficientemente sólidas y sus efectivos lo bastante nutridos como para llevar a cabo con éxito la ocupación de Santiago (1958). Desde allí Fidel Castro lanzó la ofensiva final que recorrió la isla de este a oeste, hasta entrar en La Habana en 1959, secundado por sus colaboradores Ernesto Guevara (el Che), Camilo Cienfuegos y su hermano Raúl Castro.
Fidel Castro en La Habana (1961)
Al inicial apoyo del campesinado pobre había seguido el fin de las reticencias del Partido Comunista, que abrió la posibilidad de encontrar apoyo en las ciudades; la dictadura, minada por la corrupción fue incapaz de hacer frente al movimiento popular. El triunfo militar puso a Castro al frente del gobierno cubano, acumulando los cargos de primer ministro y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
Sin pérdida de tiempo empezó a hacer realidad los proyectos de cambio que habían suministrado una base social a la Revolución: el más importante de todos, la reforma agraria, que expropiaba las grandes haciendas extranjeras para dar medios de vida a los campesinos pobres (1959); y, enseguida, la nacionalización de los bienes de compañías norteamericanas en Cuba (1960).
Ese indudable contenido nacionalista que tuvo en un principio la Revolución cubana (contra el dominio semicolonial que ejercía Estados Unidos) se transformó dos años después por la dinámica de enfrentamiento con el gobierno norteamericano. Mientras Castro llamaba a una revolución general contra el imperialismo en Latinoamérica (Primera declaración de La Habana), el presidente Eisenhower rompía las relaciones diplomáticas con Cuba y decretaba un embargo comercial destinado a ahogar la economía cubana y forzar la retirada de Castro, ya que Cuba dependía casi totalmente de sus exportaciones a Estados Unidos, fundamentalmente de azúcar (1961). Al sucederle Kennedy no aflojó la presión, sino que se agudizó con la organización de un desembarco de exiliados cubanos armados en la bahía de Cochinos, que fue repelido por el ejército revolucionario (1961).
CONFLICTO EN LA BAHIA DE COCHINOS
Contexto histórico y geográfico
El 1 de enero de 1959, después de 25 meses de lucha guerrillera, triunfó la Revolución Cubana dirigida por el abogado Fidel Castro. Hasta entonces, y desde la independencia formal de España en 1898, Cuba había estado bajo la influencia política y económica de Estados Unidos, incluyendo una ocupación militar (1898; 1902 y 1906). En un contexto de plena Guerra Fría la administración estadounidense consideró al nuevo gobierno cubano un serio peligro, no sólo por el hecho de tener tan próximo un régimen potencialmente aliado de la Unión Soviética, sino porque desde muy temprano quedó en evidencia que los nuevos dirigentes tenían intenciones de prestar apoyo a otras revoluciones que extendiesen el comunismo en Latinoamérica. La deposición del presidente interino Manuel Urrutia Lleó (más favorable a la democracia representativa), el conflicto por el levantamiento del Comandante Huber Matos y los fusilamientos de ex-miembros de las fuerzas represivas batistianas llevaron a que las relaciones entre Estados Unidos y Cuba comenzaran a tensarse. Al promulgarse la Reforma Agraria y expropiarse latifundios de compañías norteamericanas, los Estados Unidos suspendieron la cuota azucarera y dejaron de comprar este recurso a Cuba, que en aquel entonces era prácticamente el único renglón realmente millonario. Pero la isla encontró un comprador seguro en la Unión Soviética. Entonces se detuvieron todos los ingresos de petróleo a la isla desde los Estados Unidos y sus países aliados con vistas a paralizar la industria y en general la economía de la isla. La URSS rápidamente respondió enviando petróleo crudo a Cuba. Las refinerías con capital norteamericano se negaron a refinar el petróleo soviético y en respuesta a estas acciones múltiples, Cuba nacionalizó todas las posesiones de empresas estadounidenses en el país. Además de decretar casi de inmediato el embargo económico de Cuba, el presidente Dwight Eisenhower no tardó en ordenar el apoyo de organizaciones anticastristas que trataran de desestabilizar o derrocar al gobierno cubano, tanto dentro como fuera de la isla. Los dos países terminan por romper toda clase de relaciones a principios de 1961. Preparativos El 17 de marzo de 1960, Eisenhower le ordenó a la CIA la organización de una unidad paramilitar compuesta por exiliados cubanos, con el propósito de derrocar a Fidel Castro. En esta empresa, la CIA tenía la responsabilidad de coordinar acciones de inteligencia con grupos anti-castristas dentro de Cuba, que pudieran facilitar la invasión. Pues se confiaba en levantamientos populares contra Fidel y en deserciones masivas en sus fuerzas. En noviembre de 1959 comenzaron a reunirse grupos que habían sido opositores a la dictadura de Batista, y que no estaban de acuerdo con el rumbo que estaba tomando la Revolución, como la Legión de Acción Revolucionaria (LAR) o la Agrupación Católica Universitaria (ACU). Estos movimientos estaban formado, en su mayoría, por jóvenes universitarios católicos de clases acomodadas, quienes decidieron empezar a conspirar contra Fidel Castro y a buscar a otros ex-combatientes del Movimiento 26 de Julio que no estuvieran de acuerdo con la implementación de un régimen comunista. Recibiendo el apoyo de la CIA y parte del clero cubano. En estas reuniones se creó el Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR). Entre sus fundadores estaba Manuel Artime Buesa, quien llegó a ser teniente de las fuerzas de Castro, lideraba un grupo de jóvenes de la ACU, que habían sido fundadores del LAR, y se estaban trasladando a los Estados Unidos para ser entrenados militarmente por la CIA. A partir de Enero de 1960 empezaron a trasladarse a Estados Unidos en forma individual el grupo formado por los estudiantes universitarios y el 17 de mayo de 1960, un grupo de 10 , fueron trasladados al Motel Maria Antonieta de Fort Laudardale y en la madrugada del 19 de Mayo, Manuel Artime y Roberto de Varonas se presentaron en el Motel y los presentaron a los dos miembros de la CIA (Carl J.y Gordon) quienes fueron los encargado de trasladarlos a Useppa Island en el estado de Florida. En ese grupo inicial estaba Carlos Rodriguez Santana #2506. En días posteriores fueron llegando los otros miembros que conformarían el grupo fundador de la Brigada 2506. A este grupo de estudiantes se sumó un grupo de jóvenes oficiales del Ejército de Cuba, que había servido durante el gobierno de Batista, luchando contra la guerrilla de Fidel Castro. El grupo fue dividido en dos, un grupo recibiría entrenamiento como radio-operadores (los universitarios) y el otro quedaría como instructores militares de los futuros combatientes. El plan original consistía en una lucha de guerra de guerrillas. El armamento militar que el Gobierno Americano suministró a la Brigada fue: Garand M-1 Cal. 30-06, Carabina M-1 Cal. 30, M-2 Cal. 30, Sub Ametralladora M-3 Cal. 45, Sub Ametralladora Thompson Cal. 45, Browning BAR cal. 30-06, Ametralladora Cal. 30 y Cal.50. Morteros 60, 81 y 4.2, Cañones Sin Retroceso Cal. 57mm y 75 mm. Pistola 45. Granadas de Mano. Entrenamiento en Demoliciones C-3, C-4. Equipos de Comunicaciones; PR-6 y PR-10. Un pelotón de combate de 12 hombres tenía un poder de fuego arrollador. * 8 aviones de transporte C-46. * 6 aviones de transporte C-54. * 16 bombarderos B-26. * 5 tanques M41 además de jeeps, cañones, morteros y camiones. * 8 barcos y 7 lanchas para desembarco. El plan inicial fue modificado por Kennedy, preocupado por la imposibilidad de negar la participación norteamericana en un asalto de tan gran escala. Tras renunciar al desembarco cerca de Casilda y Trinidad, el nuevo plan trasladó el punto de ataque a Playa Girón, en la Bahía de Cochinos, costa sur de Cuba. Las fuerzas invasoras partirían por mar desde Puerto Cabezas, Nicaragua. Los ataques aéreos partieron desde Puerto Cabezas y la idea era que anularan la fuerza aérea cubana bombardeando los aviones y las pistas de los aeropuertos. Durante el desembarco, los vuelos de abastecimiento y protección de las fuerzas atacantes continuarían. La infantería y la artillería intentarían controlar en principio la Península de Zapata, cerca de Bahía de Cochinos (desde Playa Larga a Playa Girón), donde se asentaría una cabeza de playa, que después de un periodo de tres días solicitaría el traslado hacia allí, desde Miami, de un Gobierno Provisional conformado por los miembros del Consejo Revolucionario, organización que habia sustituido al Frente Revolucionario Democrático, el cual lo componían los cinco movimientos originales: MRR, OA, AAA, MDC y DRE. Al frente del Consejo Revolucionario estaba el Dr. Jose Miro Cardona y se reclamaría formalmente la ayuda militar de EE.UU., al consolidar una cabeza de playa. La zona elegida para el desembarco era una zona pantanosa de difícil acceso y la cual tenía una sola entrada por tierra, buscando una protección natural ante el ejército cubano. Los paracaidistas tratarían de controlar la carretera de acceso a la zona ocupada para lograr este propósito inicial. En el plan inicial, la zona de la invasión era Trinidad. Teniendo el Escambray como alternativo de lucha y escape si fallaba la invasión; además estaban las guerrillas que luchaban en el Escambray. Había otro desembarco programado en el Oriente del país en la zona de Imias, pero al final no se realizó. Día 17 de abril Tras cuatro o cinco días de navegación, durante la madrugada se produce el desembarco en Playa Girón y Playa Larga de 1200 miembros de la Brigada 2506 escoltados por sus buques y ante escasa resistencia. Horas después los paracaidistas son transportados tierra adentro para ampliar la zona invadida, con la misión principal de controlar las tres carreteras de acceso al lugar. En esas primeras horas los aviones cubanos, en su mayoría modelos viejos, derriban siete aviones B-26 y ponen fuera de combate a los buques Houston y Río Escondido cerca de Playa Larga, perdiéndose el armamento que transportaban para las fuerzas en tierra. Las tropas regulares del gobierno de Fidel Castro van llegando paulatinamente a la zona, reforzando a los milicianos (Milicias Nacionales Revolucionarias) que hasta entonces intentaban rechazar el ataque. Al final del día los barcos de la brigada asaltante se retiran definitivamente quedando sin desembarcar equipos y municiones; el Houston quedó encallado y el Río Escondido fue hundido. Fidel Castro comprendió que era fundamental atacar a los barcos desde el aire y desde tierra para anular el envío de suministros y la Fuerza Aérea y la artillería cumplieron sus objetivos. Día 18 de abril Se inicia la contraofensiva, con el empleo masivo de artillería adquirida en la Unión Soviética y Checoslovaquia. Las maltrechas tropas de la Brigada que controlan las dos carreteras de acceso a Playa Girón son obligadas a retroceder hasta la zona de San Blas; en Playa Larga las tropas asaltantes, ante su difícil situación por la falta de municiones, deciden abandonar sus posiciones y dirigirse a Playa Girón para unirse a los otros miembros de la brigada. El ejército cubano se hace con el control de Playa Larga. Día 19 de abril Las fuerzas asaltantes tienen que retroceder de San Blas a Playa Girón; los que quedan pronto son cercados y se rinden a primeras horas de la mañana. En la playa, a la escasez de municiones se une la falta de apoyo aéreo, gracias a la efectividad de los servidores de las baterías antiaéreas del Ejército cubano y las Milicias. El comandante José Ramón Fernández (Gallego) y el propio Fidel Castro se trasladaron a la zona del conflicto y participaron en las últimas acciones, aunque ya el final de los combates estaba decidido. Fidel Castro presionó fuertemente para la ofensiva de las últimas horas para evitar que transcurrieran las 72 horas que necesitaba el gobierno de los EE.UU. para reconocer al "gobierno provisional" que allí se intentaba establecer, con el objetivo de evitar la invasión directa de la Marina y el Ejército norteamericanos. Finalmente los asaltantes intentaron huir, unos buscando lanchas, otros por las zonas pantanosas, aunque la mayoría fueron capturados. Algunos anticastristas estuvieron durante algunos días vagando por los densos manglares de la zona. La operación terminó con una derrota total de los miembros de la Brigada.
RELACION ENTRE EU Y CUBA
La Habana. Estados Unidos y Cuba cerraron este miércoles una "productiva" y "constructiva" discusión sobre migración sostenida en La Habana, en el primer día de las históricas conversaciones para restablecer las relaciones diplomáticas. Sin embargo, la Ley de Ajuste Cubano y la política de “pies secos-pies mojados” se convirtió en la manzana de la discordia ante la decisión estadunidense de mantenerlas en vigor y el rechazo por parte de La Habana.
La jefa de la delegación cubana y directora general para Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, saludó el "constructivo" diálogo migratorio, una cita ya prevista desde antes de que los presidentes cubano, Raúl Castro, y estadunidense, Barack Obama, anunciaran la normalización plena de sus relaciones diplomáticas, el 17 de diciembre pasado.
Estos encuentros realizan regularmente entre ambos gobiernos desde los años 90 tras la llamada “crisis de los balseros”, pero el de este miércoles precede las pláticas que este jueves sobre la normalización de relaciones.
En este contexto, los temas sobre migración no eran nuevos y resurgieron los diferendos a pesar del buen ambiente en que se desarrollaron las pláticas en el Palacio de Convenciones.
Cuba criticó la persistencia de la Ley de Ajuste y la política de pies secos-pies mojados. Vidal señaló que esto es el principal estímulo a la emigración ilegal de cubanos a Estados Unidos y para las entradas irregulares desde terceros países.
Vidal indicó que “Cuba aspira a una relación normal con Estados Unidos en el área migratoria”. Pero agregó que ésta es una política y una ley que “confieren solo a los ciudadanos cubanos un trato preferencial, exclusivo y único, que no recibe ninguna otra ciudadanía en el mundo, y por tanto lleva a la conclusión de que es el elemento fundamental que anima y sigue estimulando estas salidas ilegales”.
El subdirector de América del Norte del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Gustavo Machín, quien también consideró que la citada legislación "atenta contra el espíritu y la letra de los acuerdos migratorios" firmados entre ambos países, añadió que “al menos hemos acordado que estamos en desacuerdo sobre algunos temas”.
El jefe de la delegación estadunidense en el dialogo migratorio, Alex Lee, declaró ante la prensa que "la naturaleza productiva y de colaboración de la discusión de hoy prueba que, pese a las claras diferencias que persisten entre nuestros países, Estados Unidos y Cuba pueden encontrar oportunidades para avanzar en nuestros intereses mutuamente compartidos".
Lee expresó que seguirán vigentes en Estados Unidos la Ley de Ajuste Cubano de 1996 y la política de pies secos-pies mojados. "Explicamos al gobierno de Cuba que mi gobierno está completamente comprometido con el respeto de la Ley de Ajuste Cubano", y que se mantendrá la política de pies secos-pies mojados, apuntó.
La Ley de Ajuste concede a los cubanos privilegios que no tiene ningún otro migrante en Estados Unidos, mientras que la política de pies secos-pies mojados, aplicada en los últimos 20 años, permite a los cubanos ilegales que pisan territorio estadunidense quedarse legalmente en ese país, pero aquellos capturados en el mar son devueltos a la isla.
A pesar de los diferendos planteados, la delegación cubana reconoció que Estados Unidos ha cumplido los acuerdos migratorios en lo que se refiere al otorgamiento de unas 20 mil visas anuales a emigrantes cubanos, así como sobre el incremento de las visas concedidas a ciudadanos cubanos para realizar visitas temporales al país del norte.
También abordaron los resultados de las acciones emprendidas por ambas partes para enfrentar la emigración ilegal, el contrabando de personas y el fraude de documentos. Además, Cuba expresó satisfacción por la reciente realización de un encuentro técnico entre el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos y las Tropas Guardafronteras cubanas para intercambiar medidas encaminadas a la implementación más eficaz de los acuerdos migratorios.
Por lo demás, Cuba expresó su rechazo a la política estadunidense de alentar a profesionales y técnicos cubanos de la salud a abandonar sus misiones humanitarias en otros países, pues constituye un “robo de cerebros”. Otra preocupación es que la Sección de Intereses de La Habana en Washington sigue privada desde hace casi un año de servicios bancarios.
Mientras, el delegado Lee dijo que planteó a Cuba la situación de algunos isleños que considera “excluibles” de tener residencia en Estados Unidos y que desean regresar a la nación caribeña.
La subsecretaria de Estado para América Latina, Roberta Jacobson, la funcionaria de mayor rango de Estados Unidos que visita Cuba en 35 años, llegó este miércoles al mediodía a la isla para participar en las reuniones para normalizar las relaciones diplomáticas y la reapertura de embajadas, en pláticas a partir de este jueves.
Estas conversaciones, en las que Vidal seguirá al frente de la delegación cubana, son el resultado del anuncio histórico del 17 de diciembre para la normalización de las relaciones que hicieron al mismo tiempo los presidentes estadunidense, Barack Obama, y el cubano, Raúl Castro, luego de cinco décadas de enemistad tras el triunfo de la revolución encabezada por Fidel Castro.
El secretario de Estado, John Kerry, declaró que Cuba y Estados Unidos tienen mucho que negociar antes de que ambas naciones normalicen las relaciones, ya que hay “ciertas cosas” a ser negociadas antes alcanzar ese objetivo.
“Esperamos que la política de normalización nos ponga en una posición más fuerte para avanzar en nuestro intereses y nuestros valores”, dijo.
Un funcionario cubano no identificado señaló que el proceso de “normalización” de relaciones es mucho más largo y profundo, por lo que ahora Cuba sólo está “restableciendo” los lazos diplomáticos.
En Washington, el senador demócrata de origen cubano Bob Menéndez pidió al gobierno de Barack Obama que se aborde con Cuba la situación de presos políticos, de fugitivos estadunidenses en la isla y las expropiaciones de propiedades estadunidenses durante la revolución.
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martes, 3 de febrero de 2015
REVOLUCIÓN CUBANA
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